jueves, 11 de marzo de 2010

Un tranvía llamado deseo...

Creo recordar que en esa maravillosa película, la aún hermosa, pero algo ajada , Vivien Leigh, decía una frase que a día de hoy, todavía me conmueve profundamente
...-Siempre he dependido de la bondad de los extraños...
Blanche, desempeña magistralmente un personaje construido por si misma, en el cual conviven con igual intensidad , dulzura, inocencia y mucha mucha mentira.
A medida que se desarrolla la película, mi empatía hacia esa mujer va en aumento, y mi deseo se vuelca en en que el bruto de Stanley se de cuenta de que la flor que tiene en su casa, requiere cuidados muy delicados.., sin embargo, y así tenía que ser, lo único que aumenta es el contraste entre un patán medio salvaje y una mujer, ya completamente trastornada..
Me gusta mucho esa pelicula, me gusta mucho Vivien Leigh, para mi , una de las actrices con MAYÚSCULAS de la época dorada de Hollywood, y con una belleza que ya la quisera para si, la Angelina Jolie y 10 más como ella..
Yo, al igual que Blanche, vivo en un dificil equilibrio entre lo que es verdad y lo que es mentira.., me convenzo a mi misma de que la vida son caminos diferentes , pero no correctos o incorrectos..., pero lo cierto es que ni yo misma me lo creo.., últimamente mi soledad interior está siendo llenada por varias personas , que no me juzgan, lo cual se agradece, y que de alguna manera , también me quieren...
No soy Blanche, pero me identifico totalmente con la frase--SIEMPRE HE DEPENDIDO DE LA BONDAD DE LOS EXTRAÑOS...., y hasta ahora...ningún extraño me ha fallado...,

5 comentarios:

  1. Que suerte que los tranvias salen cada cinco minutos y en todas las direcciones

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  2. Una frase bonita pero muy triste. Yo también me quedo con Vivian. Creo que de Brando sólo me gustó "El motín de la Bounty". Percy.

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  3. La frase no es tan triste Percy, es un ejemplo de que a veces, sólo los desconocidos son capaces de entendernos...

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  4. Y si, los tranvías salen cada poco, el tema es acertar con el que te lleve a donde realmente quieres ir...

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  5. ¿Y eso no es triste? Me da pena pensar que pueda faltar un hombro cuando se necesita.

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